¿Que son los nutrientes? Se trata de sustancias que se encuentran en los alimentos, en el agua, en el aire e incluso en la luz solar. Es necesario llevar una alimentación variada y equilibrada para conseguir aportar al organismo todos aquellos nutrientes que son asimilables por el mismo, garantizando de este modo, una vida saludable.
Los nutrientes pueden ser esenciales o no esenciales, y se dividen en macronutrientes y micronutrientes.
Los nutrientes pueden ser esenciales, es decir, aquellos que el cuerpo no puede producir por sí mismo y que necesita adquirir a través de los alimentos; o no esenciales, y que son producidos por nuestro organismo a través de otros componentes.
En cuanto a su clasificación por proporción, se dividen en macronutrientes, como los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas; y en micronutrientes, como los azúcares simples, las vitaminas y los minerales.
AGUA
El agua es un nutriente esencial. No es posible vivir sin agua, ya que se trata de un elemento indispensable para todos los procesos de nuestro organismo, hidratándonos, regulando nuestra temperatura, nuestra tensión, etc. No en vano, nuestro organismo está formado por una gran cantidad de este líquido vital.
El problema que nos encontramos en la sociedad actual es que el agua está controlada por las grandes compañías, quienes, para su distribución, le añaden cloro, flúor, productos anti-algas, así como otros muchos tóxicos y venenos, que no hacen sino contaminarla.
Por esto, desde Solnaturaleza queremos dar a conocer un simple truco para filtrar el agua y al menos extraer el cloro que contiene: si ponemos en un recipiente agua, añadimos un trozo de patata o una cáscara de limón o naranja, y esperamos un minuto, el cloro se adhiere ahí, quedando el agua libre de cloro.
AIRE
Otro elemento clave para la vida, en el que encontramos oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno, que unidos, potencian los nutrientes que forman parte de la tabla periódica de alimentos.
No obstante, nos encontramos con un problema similar al que ocurre con el agua, y es que vivimos en grandes núcleos urbanos, en los que es cada vez más difícil encontrar un aire limpio y sin contaminar, que es lo que verdaderamente necesita nuestro organismo para estar 100% saludable. Por esto, muchas veces aparecen problemas de salud, que posteriormente son achacados a causas totalmente equivocadas, cuando en realidad, muchos de estos problemas ocurren por la gran contaminación a la que estamos expuestos diariamente.
LUZ SOLAR
Sin la luz, el ser humano, al igual que muchísimas otras especies, no podrían vivir. En sus componentes se encuentran una gran cantidad de nutrientes básicos que son rápidamente absorbidos por nuestro organismo, gracias al cual, no solo podemos vivir, sino que nos permite la generación de vitamina D.
HIDRATOS DE CARBONO
Tenemos que saber diferencias los hidratos de carbono, porque cuando hablamos de ellos, normalmente generalizamos.
Por una parte, tenemos los monosacáridos, que son hidratos de carbono más sencillos en los que encontramos la fructosa y la glucosa, y los disacáridos, dentro de los que se encuentran la lactosa y la sacarosa; y por otra, están los polisacáridos, como el almidón y la fibra.
La fibra no se puede digerir, pero es muy necesaria para “barrer” el intestino y contribuir a la expulsión de nuestro organismo de muchos componentes nocivos. Los carnívoros no necesitan fibra, por el contrario, nosotros los humanos, sí.
El almidón se trata de una forma compleja de los azúcares que las plantas utilizan para almacenarlos, como si éste fuera un envase donde se depositara el azúcar y se cerrara para contenerla. Cuando la planta requiere de una cantidad de almidón, lo abre y coge lo que necesita.
En cambio, los seres humanos no podemos digerir el almidón, ya que es de mala digestibilidad mientras no lo calentemos. Por ejemplo, una zanahoria, si la mordemos en crudo, notamos que tiene un punto de dulzor, pero si la calentamos, la cápsula se abre y salen los azúcares. Por eso, la zanahoria, la calabaza, el calabacín, y todo este tipo de verduras, cuando se calientan, endulzan.
Podemos concluir que, como los azúcares del almidón no están “liberados”, a nuestro organismo le va a costar un gran gasto energético liberarlos para conseguirlos, no olvidando además que el almidón produce irritación en nuestro cuerpo.
La solución a esto, es comer alimentos que no contengan almidón crudo, o comerlo con mucha moderación. Las verduras cocinadas son una buena opción, ya que el poco almidón que puedan tener, ha sido, por calentamiento, transformado en azúcares simples fácilmente asimilables.
PROTEÍNAS Y GRASAS
Cuando hablamos de proteínas animales, estamos hablando de “cadáveres en estado de putrefacción”. Al ingerir estos alimentos, no estamos haciendo más que continuar este proceso dentro de nuestro organismo, acrecentado por la obvia labor de las bacterias y enzimas que trabajan en nuestro cuerpo para tratar de llevar a cabo la digestión. Es por esto que sostenemos que este tipo de proteínas no son correctamente asimiladas por el organismo.
Con las grasas ocurre algo similar, y es que nuestro organismo no las va a asimilar debidamente. En todo caso, sí son muy útiles para limpiar o depurar. Un ejemplo de esto es el aceite, muy eficaz a la hora de realizar limpiezas hepáticas y gracias al cual, podemos lubricar las vías hepáticas, eliminando los cálculos que tenemos en el hígado y en la vesícula.
Como hemos comentado, los alimentos más recomendables son los más asimilables para el organismo. Es decir, los alimentos que contienen micronutrientes (frutas, ensaladas, verdura cocinada…). Los alimentos con macro nutrientes, habría que consumirlos con moderación, y siempre al final de la comida.
Si quieres saber más sobre cómo afectan los alimentos y el orden en que los consumes a tu digestión, a continuación te dejamos un enlace a otro artículo muy interesante: http://solnaturaleza.es/blog/2019/10/08/como-afectan-los-alimentos-y-el-orden-en-que-los-consumimos-a-tu-digestion/