Antiguamente, como era muy habitual trabajar en el campo, tanto el hombre como la mujer padecían más problemas de artrosis y artritis debido al desgaste que sufrían por el trabajo duro. Hoy en día, hay muchos más problemas de artrosis y artritis a pesar de que la mayoría de los trabajos son menos físicos… ¿Por qué sucede esto? Muy sencillo, se debe a la intoxicación; los tóxicos se quedan en las articulaciones y destruyen el cartílago.
A medida que vamos cumpliendo años, nuestras articulaciones se resienten, sobre todo por los malos hábitos alimenticios.
En nuestros años de experiencia, hemos podido observar como las personas con problemas de artrosis y de artritis que han llevado a cabo un protocolo de desintoxicación, han visto como se reducían o incluso desaparecían los dolores en las articulaciones.
No obstante, esto es válido para personas que padecen dolores articulares, pero que no tienen una articulación rota o desgastada, ya que, de ser así, el proceso no será tan eficaz, persistiendo el problema y siendo necesario tomar otras medidas.
UNA MALA ALIMENTACIÓN DEJA RESIDUOS EN LAS ARTICULACIONES
Debido a nuestros malos hábitos de alimentación, muchos residuos se depositan en nuestro cuerpo, provocando diversos problemas y desajustes internos, que pueden derivar en problemas de salud más graves. Un ejemplo de esto sería el ácido úrico, que se va depositando en las articulaciones, fundamentalmente en los dedos de los pies y produce la “infame gota”.
Otro claro ejemplo son los cristales de calcio; por eso, tenemos que tener un especial cuidado con el calcio, ya que se nos ha hecho creer durante muchísimos años, a través de los medios, que es esencial para fortalecer nuestros huesos y articulaciones. Esto no es cierto, ya que, si lo fuera, no habría más de 3.500.000 de personas con osteoporosis en España.
Las personas que están consumiendo leche, queso y yogures diariamente, están tomando calcio en exceso, y este exceso produce calcificaciones en las válvulas del corazón, en las piernas, etc. Estos residuos que se quedan en las propias arterias acaban formando “placas de ateroma” y que se conocen con el nombre de: ateroesclerosis o arterioesclerosis.
Hay casos en los que las personas tienen manchas blancas en la piel, puntitos blancos… esto no es otra cosa sino el exceso de calcio, que nuestro organismo está tratando de expulsar como puede. Lo más curioso de este tipo de casos, es que la personas en cuestión padecen osteoporosis… Es algo incomprensible estar tomando calcio para mejorar las articulaciones y acabar padeciendo osteoporosis.
LOS CARDIÓLOGOS RECONOCEN QUE EL CALCIO ES MALO
El único médico que va a reconocer que el calcio es malo, es el especialista cardiovascular. Como el calcio se va aglomerando, comienza a formar “cáscaras rígidas”, que provocan a su vez, rigidez en las arterias, lo que causa trastornos y problemas de tensión. De hecho, hay un medicamento para la tensión conocido por ser el “antagonista del calcio”. ¿Y cuál es el mineral contrario al calcio?, ¿cuál sería su antagonista?: el magnesio, porque lo que hace, es desgastar ese exceso calcio. Lo que sucede, es que en esta sociedad se consume demasiado calcio, pero muy poco magnesio, y esto debería estar más equilibrado para evitar así, muchos problemas que se padecen en las articulaciones, fundamentalmente a causa de la alimentación errónea que llevamos.