En los desiertos de Dubái, después de desarrollar una cepa que ha permitido cultivar en agua salada, un equipo de científicos chinos ha logrado cosechar con éxito arroz en estos parajes tan inhóspitos.
El “padre del arroz hibrido” de China, Yuan Longping, fue uno de los primeros que comenzaron a cultivar en agua de mar diluida para experimentar de forma casera. Él mismo, junto a su equipo, han sido los encargados de llevar esta técnica a Oriente Medio, donde el agua dulce es demasiado valiosa como para emplearla en la agricultura.
GRANDES VENTAJAS DE CULTIVAR EN AGUA SALADA
La cosecha fue plantada en enero a las afueras de Dubái, superando todas las expectativas de los científicos, según informo la agencia de noticias Xinhua. Con este cultivo se alcanzó un alto rendimiento de hasta 7.500 Kg por hectárea, sobre todo en comparación al promedio global que se sitúa en 3.000 Kg por hectárea y con el que se podría alimentar a 200 millones de personas.
Este método de cultivo no es beneficioso únicamente por lograr un mayor rendimiento. Otra de las ventajas de cultivar arroz en agua salada, es que este cereal, puede contener unos mayores niveles de micronutrientes que son comunes en aguas salinas, como, por ejemplo, el calcio y la sal, algo que permitiría disminuir el número de bacterias patógenas, contribuyendo así a reducir el uso de pesticidas.
Tras estas primeras pruebas, el objetivo del proyecto es establecer una granja experimental de 100 hectáreas que se prevé que empiece a funcionar en el año 2019, fijando 2020 como el año de la expansión, hasta alcanzar el objetivo que se han propuesto de cubrir con arrozales el 10% de los Emiratos Árabes Unidos, que poseen una superficie de 83,600 Km2.
UN PROYECTO PARA LUCHAR CONTRA LA ESCASEZ DE ALIMENTOS
Mientras en otros lugares del mundo trabajan por desalinizar el agua, en China se opta por cultivar en agua de mar. Y es que la investigación previa para este proyecto se llevó a cabo en el Centro de Investigación de Arroz Tolerante a Alcalinos y Salinos de Qingdao, en la provincia china de Shandong, donde se cosecharon entre 6,5 y 6,9 toneladas de arroz en agua salada.
Su posterior puesta en marcha en Dubái ha sido posible gracias a la colaboración del despacho privado del jeque Saeed Bin Ahmed Al Maktom, miembro de la multimillonaria familia que gobierna Dubái.
Tras el éxito obtenido, estas dos partes firmaron el acuerdo para llevar el arroz de agua salada a todo el mundo y así luchar contra la escasez de alimentos.
CHINA, PIONERA EN EL CULTIVO EN AGUA SALADA
Otro de los pioneros en el cultivo en agua salada, fue el investigador Chen Risheng, quien en 1970 descubrió por casualidad una especie de arroz silvestre que crecía en un manglar del sur de Guangdong. Tras décadas de investigación por parte de estos científicos, se consiguió duplicar el rendimiento a más de 4,5 toneladas por hectárea.
En 2017 llegó a las tiendas el primer arroz procedente de cultivos de sal cerca de Qingdao. Sin embargo, el precio de este arroz, llamado Yuan Mí, es elevado: 50 yuanes por kilo, en torno a 6,4 euros. Es decir, cuesta ocho veces más que un kilo de arroz convencional. Sin embargo, eso no ha impedido que, en el mes de agosto del pasado año, más de 1.000 personas adquirieran este producto por Internet, habiéndose vendido ya más de seis toneladas.
Fuente: South China Morning Post