A vista de pájaro, tan solo a vista de pájaro y sin permitirnos ser precisos, vemos dos campos, que podrían ser enemigos, y de hecho lo son, aunque solo virtualmente. Pero por qué habrían de serlo?
Estoy hablando de la medicina alopática y medicina natural y la eterna lucha que hay entre ellas.
Ambos campos o terrenos, separados, delimitados claramente y distinguidos por nuestro afán de discernir y ordenar (como desde un avión podría verse un campo de arroz y otro colindante de girasoles, diferenciados por su color y forma, los cuales coexisten armoniosamente respetando su territorio y compartiendo el objetivo común de servirnos de alimento), pueden ser perfectamente compatibles y estar reconciliados y tendidos para un mismo fin.
Por qué tendemos a buscar enemigos allí donde merece la pena encontrar aliados? Por qué el impulso de curar y ayudar divide sus recursos en dos bandos enfrentados?
¿Por qué buscamos etiquetar, generalizar y ser absolutos cuando realmente la vida no es así en lo más mínimo?
Queremos hacer parecer que la guerra está declarada............ pero no es así.
Creo que el concepto Medicina tomaría una definición unificada que abarcaría todas sus ramas si la viéramos desde el punto de vista, "no occidental”, teniendo el cuenta el propósito de la medicina.
Médico es el que cura y favorece la buena salud ya aplique medicina de laboratorio o ingredientes del campo.
Qué es la medicina realmente?
“La medicina no es otra cosa que el conjunto de conocimientos adquiridos a lo largo de la historia, así como los remedios descubiertos y empleados para poder mantener y recobrar la salud.”
Bajo esta definición, alguien puede dudar que la medicina alopática y la naturopatía persiguen ambos este fin? Entonces, donde está el enfrentamiento? De hecho naturopatía y medicina deberían estar englobadas bajo el mismo término.
La Naturopatía realmente es parte de la medicina.
La medicina se ha tendido a dividir en dos gremios: la alopática y la natural.
Muchos practicantes de medicina alopática ( los cuales por supuesto actúan así por una falta de conocimiento en medicina natural no proporcionado en la carrera y también por manipulación de los laboratorios, lo cual ya es material para otro ensayo...) se inclinan a censurar y menospreciar la efectividad de los productos naturales. Por otro lado, muchos defensores radicales de la naturopatía, se cierran las puertas a la curación tajante de una enfermedad por negarse a recibir diagnósticos y tratamientos de los médicos alopáticos cuyos medios serían efectivos en su caso. Se tiende a ser cerrado; la invalidación mutua es común. Esto es equivocado y no es sabio.
El problema radica en nuestra vanidad y nuestro afán de estar en lo correcto aunque ello se aleje de los propósitos básicos. Radica en que los errores ocasionales y resultados desafortunados a la hora de aplicar la medicina o la naturopatía, se han tomado como un absoluto y esto ha tendido a individualizarlas y a exponerlas como confrontadas. Las personas no aceptamos los relativos ni los gradientes. Tendemos a buscar verdades absolutas; blancos o negros. Si un medicamento hace un daño concreto, condenamos a la medicina, a los médicos, a todos los químicos y nos vamos a la rama natural de manera extrema y radical. Si una planta no ayuda en un caso puntual, causa algún estrago o envenena a alguien, dejamos de creer en los remedios naturales en su totalidad y comenzamos a decir que lo natural no sirve para nada y solo las medicinas de laboratorio tienen efectividad y seguridad.
Ambas actitudes son erróneas porque sencillamente se basan en una mentira: La de ver un negro o un blanco donde en realidad hay una escala de grises.
Ese es el problema en esta contienda inventada.
Las personas tenemos tendencia a buscar el blanco o el negro, a crear dualidad, a ceñirnos solo a un bando cuando ambos bandos tienen parte de razón.
Las supuestas verdades e ideologías de cartón piedra que pretendemos aplicar indiscriminadamente a todas las situaciones son solo tópicos y prejuicios.
La inteligencia en la aplicación de la medicina, ya sea natural o no, radica en saber discernir a la hora de buscar el remedio MÁS APROPIADO en una situación determinada. Este remedio puede proceder de recursos químicos o naturales. Lo que importa es que haga la labor que se pretende, que es la de sanar o impedir el avance de la enfermedad.
Ahora llegamos al tema de buscar qué es lo más apropiado. Por qué vas a introducir sin necesidad un antiinflamatorio agresivo (que daña las tejidos orgánicos) a una persona cuando su mal se podría revertir rápidamente tomando la infusión de una planta, un alga o unos minerales?
¿Por qué de repente solo parecen existir las medicinas químicas como única manera de curar a las personas cuando por miles de años la gente se ha estado sanando con recursos naturales?
Y lo mas curioso: por qué en la actualidad anulamos el valor de los remedios naturales dando a entender que no sirven para nada, cuando estos remedios han sido la base de la medicina desde tiempos milenarios?
Por otro lado, si tienes una persona con una dolencia grave la cual necesita de atención urgente y un remedio rápido que frene la crisis, lo más adecuado podría ser llevar a esa persona al hospital sin perder un minuto.
Es verdad que los avances científicos y muchas medicinas han permitido hoy en día curar males que hace 200 años eran incurables en occidente; pero también muchos avances científicos y el progreso mal controlado, han creado desequilibrios en la naturaleza que hacen que hoy en día la gente cada vez esté mas enferma por vivir en un entorno contaminado y lleno de alimentos consumibles los cuales están envenenados y mutados. Esto sin contar los productos químicos llenos de efectos secundarios más dañinos a veces que la propia enfermedad. El número de enfermedades y enfermos estadísticamente ha aumentado y la calidad de vida de la gente ha disminuido. De que nos sirve el progreso si al final cada vez hay más enfermedad? De nada.
Lo que importa es sanar, pero sanar de la forma más saludable posible.
Si bien no me gusta hablar con absolutos, es muy cierto que COMO NORMA GENERAL, los recursos naturales tienden a ser mucho mas saludables y mucho menos agresivos que los químicos y por lo tanto deberían utilizarse como primera opción siempre que sea posible.
Creo que los médicos privados y de la seguridad social deberían estudiar y conocer más a fondo el amplio espectro de medicinas naturales y sus aplicaciones.
Esa debería ser la labor de un doctor que se hace llamar tal. Sanar sí, pero de la forma más natural posible. En la época de Hipócrates, cuyo juramento es practicado al acabar la carrera de medicina, se utilizaba la buena alimentación y preparaciones naturales para prevenir, desintonxicar y curar. Actualmente por desgracia, en el 80% de los casos no es así. Hay demasiado negocio en el campo de la medicina y también intereses creados que reprimen y desairan el uso de la medicina natural…pero ese es otro tema del cual hablaré en otro artículo.
Hoy en día tenemos muchos recursos para sanar. Tenemos medicinas de laboratorio, complementos alimenticios a base de materias primas naturales, y remedios naturales que se obtienen de las materias primas directamente.
Siendo inteligente y humano a la hora de elegir cómo y cuando aplicarlos sin desviarnos del propósito de ayudarnos y ayudar a otros, todos los puntos de vista quedarán reconciliados y todos los recursos para sanar estarán en armonía; no en contienda.