Su planta cuenta con un largo tallo, que puede alcanzar los dos o tres metros de altura en las variedades más comunes. Sus hojas, alargadas y con una terminación en punta, además, tienen flores, masculinas y femeninas. Las primeras son penachos en la parte alta de la planta, mientras que las femeninas, son las encargadas de albergar las mazorcas.
Un poco de historia sobre el maíz
Originario de América, era la principal fuente de alimento de muchos pueblos como los mayas, los aztecas, los incas y muchas tribus de indios americanos. No fue conocido en el resto del mundo hasta que Cristóbal Colón y sus exploradores llegaron al Nuevo Mundo, donde descubrieron que los indígenas cultivaban esta especie de grano que posteriormente consumían tostado. Fue a partir de ese momento, cuando fue introducido en España, y a continuación, en el resto de Europa, a lo largo del siglo XVIII. Años más tarde, el maíz era introducido en África, la India o China.
El maíz no limita sus usos a la alimentación humana, sino que también es utilizado como forraje y como materia prima, aprovechando sus tallos para la construcción de cercas y muros duraderos. Sin embargo, en el presente artículo pondremos nuestra atención en los múltiples beneficios que genera para la salud su consumo, tanto a nivel general, como a nivel más específico, ayudando en labores digestivas y gastrointestinales.
El maíz en la actualidad y la problemática de los transgénicos
En la actualidad, el maíz constituye una de las principales vías de calorías y proteínas en numerosos países en desarrollo, y por ello, se está tratando de inculcar la necesidad de cultivar las variedades con mayor carga proteica, así como concienciar en la importancia de combinarlo con otros alimentos que aporten los aminoácidos esenciales.
Sin embargo, y antes de proceder a enumerar algunos de sus muchos beneficios para nuestra salud, queremos destacar el hecho de que hoy día, la mayor parte de la producción de maíz es transgénica, por lo que deberemos estar muy atentos a la hora de incluirlo en nuestra dieta, a fin de evitar estar consumiendo productos y alimentos modificados genéticamente y llenos de herbicidas y pesticidas absolutamente nocivos para nuestro organismo.
Los transgénicos, son productos que han sido creados o modificados genéticamente en laboratorios, y que, mediante la inserción de genes alterados de bacterias, virus, otros vegetales, animales o incluso humanos, se pretende generar un organismo totalmente nuevo y antinatural, con el firme y único propósito de generar mayores beneficios económicos a las empresas, al tiempo que permite un mayor control sobre la producción mundial de alimentos.Es por ello, que, recomendamos encarecidamente el consumo de maíz y de otros alimentos que sean óptimos para nuestro organismo, siempre de origen ecológico, evitando así los productos transgénicos que tantos problemas de salud nos pueden propiciar.
Una vez aclarado el concepto transgénico, pasamos a hablar de los beneficios de este alimento.
Un alimento que aporta múltiples beneficios
El maíz, con una gran riqueza en vitaminas, es muy recomendable para nuestra dieta diaria. Destaca principalmente por su amplia variedad en vitaminas del grupo B, la vitamina B1 o Tiamina concretamente, tiene una gran presencia en el maíz; esta vitamina, es indispensable para contribuir a la conversión de los alimentos consumidos en energía y para que nuestro cerebro pueda absorber la glucosa necesaria para funcionar correctamente. Carecer de las cantidades necesarias de esta vitamina puede derivar en cansancio, estrés o depresión, entre otros síntomas.
Pero también es rico en vitamina B9 o ácido fólico, siendo vital para la reducción del riesgo de padecer problemas cardiovasculares, y muy útil para combatir la depresión. También cabe destacar su alto contenido en vitamina A, en forma de betacarotenos, elemento que en otros cereales no se encuentra en tan grandes cantidades, y que facilitan la desintoxicación del organismo y ayudan en la prevención de muchas enfermedades de carácter degenerativo. En lo que respecta a los minerales, tiene niveles altos de magnesio, manganeso, potasio, hierro, selenio y fósforo. Gracias al manganeso nuestros huesos y músculos crecen y se desarrollan adecuadamente, manteniéndose más fuertes. Con el selenio, se reducen las posibilidades de padecer cáncer de mama o de próstata.
La ingesta de maíz también ayuda en gran medida a regular la digestión, así como los niveles de glucosa y de colesterol en el cuerpo, gracias a su gran aporte en fibra. Una taza de maíz contiene el equivalente a 18,4% de fibra de la cantidad diaria recomendada. Esto alivia problemas digestivos como el estreñimiento, con lo cual, también nos permite, evitar sufrir de hemorroides.
Gracias a la fibra, podemos mejorar los movimientos intestinales, mediante el estímulo del movimiento peristáltico y el aumento en la producción de bilis y jugos gástricos. También contribuye a reducir las posibilidades de padecer colon irritable y diarrea, al aportar volumen a aquellas deposiciones excesivamente sueltas.
Por otra parte, gracias a la ausencia de gluten, el maíz es un alimento excelente para todas aquellas personas que padecen enfermedades celíacas,
A su vez, y de nuevo gracias al alto contenido en vitamina B9 o ácido fólico, las mujeres embarazadas que consuman maíz, estarán contribuyendo a reducir en gran medida el riesgo de que los fetos presenten problemas en la médula espinal y en el cerebro.
El maíz también es muy eficaz para combatir otro tipo de desajustes y dolencias, por medio de sus numerosas propiedades que mejoran nuestra salud notablemente.
En concreto, el maíz puede ser un gran controlador de la diabetes, especialmente aquella que no depende de un suministro constante de insulina. También es de gran utilidad a la hora de regular la hipertensión.
Por si fuera poco, consumir regularmente maíz también puede contribuir a mejorar notablemente nuestra vista, al igual que sucede con el consumo de la zanahoria. Esto es debido, como hemos mencionado anteriormente, a su alto aporte de betacarotenos.
En resumidas cuentas, incluir el maíz en nuestra dieta no sólo nos ayudará a mejorar nuestra salud a diferentes niveles, sino que logrará que obtengamos unos resultados óptimos en nuestros próximos análisis de sangre. Eso sí, tal y como hemos comentado al inicio del artículo, es importante recordar que el maíz y cualquier producto que consumamos, debería ser de origen ecológico en la medida de lo posible, para garantizar una correcta alimentación de la que nuestro organismo pueda beneficiarse.