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EL ORIGEN DEL CÁNCER

EL ORIGEN DEL CÁNCER
En este artículo vamos a revelar el origen del cáncer a través de un ejemplo figurado y otro literal, exactamente iguales en forma y secuencia:
 
Imaginemos un niño pequeño que es bueno, tranquilo y afable con sus padres y familiares. Pasa toda su infancia con la quietud deseable, la actividad necesaria y la buena disposición que podría catalogarle como un niño modelo. Todo en su entorno está en armonía y sus seres allegados viven felices con él.

Cuando el niño se vuelve adolescente, la escena toma un giro indeseado. El niño se junta  con malas compañías, las cuales corrompen su pureza y propician un comportamiento cada vez más insolente, rebelde, e incluso criminal. El niño básicamente era bueno. Todos somos buenos por naturaleza. Pero de la misma forma, también somos vulnerables a la manipulación y a la “intoxicación” ética y moral. Las personas que están en su entorno empiezan a preocuparse, a padecer las provocaciones del adolescente, y a ser infelices por su causa.
Toda la degradación humana tiene la tendencia a crear un efecto dominó. Las personas nos influimos y nos envenenamos unas a otras de forma mucho más marcada y efectiva que cuando nos influimos de manera positiva. Nos convertimos en “Zombies” porque espiritualmente estamos muertos, pero tenemos resistencia y energía de sobra para dañar a los nuestros.  El mal tiene un gran potencial de propagación y multiplicación.
Cuando una sociedad se ha llenado de delincuentes y rebeldes y ella por sí misma no puede poner control a tal desborde, veremos policías por todos lados, personas que van a la cárcel, reglas, leyes y restricciones por doquier. Veremos una sociedad esclava, corrompida, llena de incoherencias, descontrol, injusticia y miedo. Todo comenzó con un niño que se volvió rebelde, criminal, y después un Zombie de la sociedad; esto desembocó, debido al efecto dominó, en una sociedad enferma, en total decadencia y a punto de morir. Todo mal de toda sociedad, comienza con la degradación de una persona. Esa persona era básicamente buena, pero de un modo u otro, se corrompió. En ese punto exacto de corrupción de una persona, comienza el “cáncer” de una sociedad. Se llama cáncer (en sentido figurado) únicamente porque su efecto propagador y devastador puede destruir una sociedad entera.
Cops on sight.
¿Cuál sería la solución a una sociedad así? La respuesta podría ser: lanzar una bomba, o envenenar a toda esa población, a la buena y la mala,  para acabar con el mal. Puede sonar descabellado, pero en el pasado, muchas sociedades han sido aniquiladas en su totalidad por ser caóticas o degradadas. Esta no es la solución correcta. No se va a solucionar el problema de la creación de nuevos criminales. Hay que buscar la raíz del problema. La razón que les hace ser criminales.
Nuclear War
Si sabemos que las personas son básicamente buenas, podemos entonces llegar a la conclusión de que con las medidas correctas y sabias,  podrían llegar a reformarse en su totalidad y restaurar por completo su estado natural de ser. Si podemos sanar a los individuos de una sociedad, ¿por qué recurrimos al castigo extremo y a la destrucción de la sociedad entera para acabar con el mal? La respuesta es, porque no conocemos  la forma de sanar a los individuos de una sociedad uno por uno. Carecemos del conocimiento y por lo tanto de la tecnología para hacerlo. La solución más fácil parece ser la de castigar o matar a toda una población con el fin de erradicar el mal. La mala noticia es que con esta medida el mal vuelve siempre a reaparecer, más tarde o más temprano.
La solución es restaurar el estado potencial bondadoso y cívico de toda persona. Restaurar sus propósitos de supervivencia positiva. Esto se consigue con conocimiento, comprensión, actividades de rehabilitación para que los criminales de mayor o menor índole puedan hacer algo por la sociedad para compensar el daño que han causado. Esto nunca se consigue con estado policial excesivo, cárcel, pena de muerte o aniquilación colectiva.
Nuestra valía se mide por nuestra capacidad de crear un efecto positivo en nuestro entorno. Todo individuo quiere, en su fuero interno, ser útil. Cuando una persona está siendo útil a los demás, o contribuye de manera positiva en su entorno, esa persona está salvada y es feliz. Cuando uno siente que está causando daño a su entorno, o siente que de alguna manera no contribuye o no es útil, es cuando se vuelve poco a poco criminal, “Zombie”; se vuelve loco.
La rehabilitación de cualquier individuo se consigue:
    1. Reparando el daño que ha causado a su entorno o sus allegados, a través de actos positivos y contribuciones a la sociedad en una medida que compense el daño causado.
    2. Manteniendo un modo de vida útil y ético a partir de entonces.
Environmental activism
Ahora traslademos este concepto al cuerpo humano y a la célula. Imaginemos una célula de nuestro cuerpo. Esta célula está sana, está limpia, y vive en armonía con el resto de células de su alrededor. Es una célula modelo que vive en un organismo sano y feliz.
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Con el paso del tiempo sucede un giro inesperado. A la célula comienzan a llegar sustancias tóxicas y extrañas que corrompen su pureza y comienzan a matarla poco a poco. La célula, para no morir, debe rebelarse ante esta situación. Debe buscar alguna técnica o método para sobrevivir. Lo que hace es “mutar su naturaleza básica”, para poder adaptarse al entorno hostil que la rodea. La célula básicamente era buena pero cambia sus pautas vitales y se convierte en un nuevo organismo que ahora ya no es compatible con su entorno. Ya no es compatible con el organismo y se ha convertido en un enemigo. Las células son buenas por naturaleza pero son muy sensibles a los entornos hostiles y venenosos. Cuando una célula, para sobrevivir, toma la forma de un enemigo, se ha convertido en una célula cancerígena; el cuerpo empezará a morir por ello si no se revierte la situación de manera rápida.
Toda la degradación celular tiene la tendencia a crear un efecto dominó. Las células se reproducen  con mucha facilidad y las cancerígenas, además, son muy resistentes y persistentes. Son células muertas en vida. Son células “Zombies”.  El mal tiene un gran potencial de propagación y multiplicación.
Cuando un cuerpo se ha llenado de células dañadas y él  por sí mismo no puede poner control a tal desborde con los métodos de regulación habituales, veremos a nuestras defensas trabajar como locas para poder controlar tal desborde. Todos los sistemas de defensa del cuerpo comenzarán a activarse y  a trabajar duro para acabar con el descontrol.  Veremos un organismo esclavo, corrompido, lleno de desajustes, descontrol y miedo. Todo comenzó con una célula que se volvió rebelde y después “Zombie” y desembocó, debido al efecto dominó, en un organismo enfermo, en total decadencia y a punto de morir. Todo mal de tipo canceroso, comienza con la degradación de una primera célula. Esa célula era básicamente buena, pero de un modo u otro, se corrompió. En ese punto exacto de corrupción de una célula, comienza el “cáncer” en un organismo. Se llama cáncer porque su efecto propagador y devastador puede destruir un organismo en su totalidad.
3d rendered depiction of Stem Cells and a human figure.
¿Cuál sería la solución a una situación así? La respuesta podría ser: envenenar al cuerpo entero con las peores sustancias químicas imaginables para que mueran las células dañinas y también las sanas. Puede sonar descabellado, pero en el pasado y todavía en el presente, muchos organismos han sido y están siendo aniquilados con quimioterapia por estar enfermos o degradados. Esta no es la solución correcta. No se va a solucionar el problema de la creación de nuevas células cancerígenas. Hay que buscar la raíz del problema. La razón que las hace cancerígenas.
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Si sabemos que las células son básicamente sanas y buenas, podemos entonces llegar a la conclusión de que con las medidas correctas y sabias,  podrían llegar a reformarse en su totalidad y restaurar por completo su estado natural de ser. Si podemos sanar a las células de un cuerpo, ¿por qué recurrimos a la destrucción de todo el organismo para acabar con el cáncer? La respuesta es, porque no conocemos  la forma de sanar a las células de nuestro cuerpo. Carecemos del conocimiento y por lo tanto de la tecnología para hacerlo. La solución más fácil parece ser la de envenenar y matar a todas las células con el fin de erradicar el mal. La mala noticia es que con esta medida, el mal vuelve siempre a reaparecer, más tarde o más temprano.
La solución es restaurar el estado potencial saludable y funcional de toda célula. Restaurar sus propósitos de supervivencia positiva. Esto se consigue con conocimiento, comprensión, estado de ánimo positivo, una depuración exhaustiva del organismo y una alimentación limpia y adecuada. Nunca se consigue con venenos ni terapias destructivas para la totalidad del cuerpo.
La valía de una célula se mide por su capacidad de crear un efecto positivo en el organismo en el que habita. Toda célula quiere, de acuerdo a su impulso de supervivencia, ser útil al cuerpo. Cuando una célula está sana, está siendo útil al cuerpo o a las demás células y por lo tanto está salvada y es feliz. Cuando la célula se intoxica, siente el daño en sí misma; cuando siente que además está causando daño a su entorno, o siente que de alguna manera no contribuye o ya no es útil, es cuando se vuelve poco a poco cancerígena, Zombi; se vuelve loca.
La rehabilitación de cualquier célula se consigue:
    1. Reparando el daño celular a través de actos positivos que compensen el daño causado. Esto sería. Una gran depuración de esa célula, y su rehabilitación total a través de alimentos biodisponibles que proporcionen los nutrientes correctos y la energía que esta necesita.
    2. Manteniendo una actitud fuerte, positiva y un modo de vida saludable a partir de entonces.
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Todo mal generalizado comienza con el mal en un solo elemento. Arreglando cada elemento como una unidad, arreglaremos el mal en su totalidad.
En Solnaturaleza podemos orientarte acerca de este tema en mayor profundidad. Podemos darte las pautas que necesitas para comprender a tus células y mantenerlas sanas y fuertes. Un organismo fuerte, está compuesto de células limpias y sanas.
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