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UNA CRÍTICA CIENTÍFICA A LAS VACUNAS

UNA CRÍTICA CIENTÍFICA A LAS VACUNAS

The human being for millions of years has not been vaccinated, but now in the 21st century, as pharmaceutical companies are booming, they want to sell their products and that is why they insist on vaccination.


El estar vacunado no asegura la mejoría de la salud ni que obtengamos una vida más longeva.

Es innegable que en el pasado muchísimas personas murieron a causa de las grandes epidemias, pero lo que no se cuenta es que en aquella época las condiciones de vida no eran como las que tenemos hoy día: no existían los desagües, no se disponía de agua corriente, no había alcantarillado, no había inodoros y como la gente hacía sus necesidades y las tiraba a la calle, ésta se convertía en un foco de insalubridad por el que todo el mundo transitaba, por lo que era muy fácil caer enfermo.

Lo mismo ocurre con los campos de refugiados, personas desplazadas que huyen de los conflictos entre países y que desgraciadamente se encuentran hacinados en unas zonas donde las condiciones no son adecuadas, por lo que comienzan a surgir el cólera, la disentería, etc.

Por lo tanto, podemos afirmar que fueron las mejoras del saneamiento, de la nutrición y de las condiciones de vida en general, las responsables de elevar la esperanza de vida y de la disminución de la mortalidad.

Es a partir de los años 60 cuando se empieza a vacunar, no obstante, desde los años setenta, hasta bien entrados los noventa, es el momento en el que las vacunas comienzan a promoverse cada vez más. Ya en el nuevo milenio, se da una vuelta de tuerca más a esta promoción de las vacunas, hasta llegar al día de hoy, cuando se está proponiendo la creación de una ley que obligue a todo el mundo a vacunarse de manera obligatoria. Esta propuesta no afectaría únicamente a los niños, sino que se pretende crear un plan por el que todo ciudadano, desde su nacimiento hasta su muerte, esté vacunándose de manera periódica.

Este plan es conocido en determinados círculos como “Plan de Vacunación para toda la vida”. Podríamos pensar que se trata de algo beneficioso para la sociedad, pero no debemos olvidar, además de los ya conocidos efectos secundarios de las vacunas, la cantidad de millones y de comisiones que se generan en torno a ellas y que sirven para que quienes están detrás de todo este negocio se lucren cada vez más a costa de nuestra salud y de nuestra calidad de vida.

No pretendemos transmitir la imagen de que nadie debería vacunarse ni mucho menos; no hay duda de que ciertas vacunas protegen temporalmente de las enfermedades más críticas, no obstante, sí que consideramos que a día de hoy se ponen demasiadas vacunas sin evaluar el equilibrio entre riesgo y beneficio de cada una de ellas.

Toda vacuna es un medicamento, y por lo tanto tiene un prospecto que debemos exigir y que todos debemos leer. Cada vez son más los estudios que demuestran que muchas vacunas contienen componentes conservantes o coadyuvantes como aluminio, mercurio, formol, hormonas u otros virus… por lo que el problema no es la vacuna en sí, sino su contenido. Tenemos derecho a saber tanto los beneficios como los efectos secundarios que puede causar esa vacuna en nuestro organismo.

DIFERENCIA ENTRE HECHOS Y OPINIONES DISFRAZADAS DE HECHOS

Desde Solnaturaleza, llevamos mucho tiempo tratando de desmontar todos los mitos y creencias que se han generado sobre las vacunas, y por eso, cada cierto tiempo tratamos el tema con nuevos vídeos y artículos como este, en vista de que los médicos, con el apoyo de los medios de comunicación tradicionales, persisten en su empeño de convencer ciegamente a la población, con meras opiniones que pretenden hacer pasar por afirmaciones que nada tienen que ver con hechos científicos…

Y es que hay una gran diferencia entre una opinión y un hecho. Por ejemplo, nosotros podemos decir: “El rio Manzanares pasa por Madrid”, algo que obviamente es real, es un hecho; sin embargo, otra persona puede decir: “Sí, el rio Manzanares pasa por Madrid, con una cantidad de contaminación peligrosa para los madrileños…”. Aquí hay un hecho, que es que el rio Manzanares pasa por Madrid, pero en el segundo ejemplo, se entremezcla dicho hecho, con una opinión personal. La cuestión es que, al unirla con un hecho, parece que todo en sí mismo es un hecho, cuando realmente sólo se trata de la opinión de una persona. Así es como trabajan los periodistas, empleando un hecho, lo empiezan a envolver de opiniones y de conjeturas que no son verdad.

Por eso, independientemente del tema, siempre que vayamos a escuchar una noticia, tenemos que saber discernir entre lo que es el hecho y lo que es la opinión, ya que, a partir de una verdad, nos cuentan un montón de mentiras, lo que condiciona y crea prejuicios, que son juicios que se hacen sin que haya realmente una observación de lo que ocurre.

UN NEGOCIO MUY LUCRATIVO Y LLENO DE INTERESES

Tenemos que tener claro que un porcentaje muy alto de lo que cuentan en relación a los medicamentos, vacunas y demás entresijos de la lucrativa industria farmacéutica, son opiniones adornadas por la prensa para crear sensacionalismo, para vender noticias: todo está manipulado y condicionado, porque los principales medios de comunicación a los que recurrimos a diario no son independientes y se mueven por intereses.

El dinero y los intereses políticos motivan a organismos y corporaciones a exprimir el negocio de las vacunas y los medicamentos.

Pero por encima de los medios, se encuentran los organismos reguladores, que son el principal problema. Los gobernantes deberían ser imparciales, sin embargo, nos encontramos con políticos vinculados a empresas farmacéuticas, al igual que otros están vinculados a otra tipología de empresas o industrias. La misma OMS y la Organización Panamericana de la Salud, así como el Centro de Control de Enfermedades, están vinculados o relacionadas con gobernantes o compañías farmacéuticas.

Cuando hay dinero y poder, ocurren situaciones como el de la compañía Glaxo Smith Kline, la tercera compañía farmacéutica más grande del mundo, que fue sentenciada por el gobierno de China a pagar más de trescientos millones de euros por sobornos a médicos; estos aceptaban dinero de la compañía farmacéutica, a cambio de promocionar y vender los medicamentos en los hospitales. Por fortuna, se les pilló con las manos en la masa y fueron condenados y sentenciados, lo que obligó a que la compañía compareciera públicamente para pedir disculpas por esta acción criminal.

EL MARKETING DEL MIEDO

Es cierto que las vacunas han contribuido a una pequeña disminución de algunas enfermedades agudas, pero el beneficio siempre ha sido relativo y se han aprovechado de ello para llevar al extremo el tema de la vacunación, asustando, culpando e intimidando a la sociedad. Actualmente hay países en los que se está amenazando a los padres diciéndoles que se les va a denunciar, que sus hijos no serán asistidos o que se los van a quitar si no los vacunan.

Están afirmando con total seguridad que las vacunas previenen las enfermedades y que los propios padres serán los culpables de que sus hijos se contagien o favorezcan el contagio a otros. Es aquí donde vemos como utilizan la ignorancia a su favor: amenazan con no dejar entrar a los no vacunados en los colegios por el riesgo de que contagien a los demás, pero… si los que están dentro, ya están vacunados, ¿dónde está el riesgo de contagio?

Queda claro que hacen con nosotros lo que quieren. Constantemente insisten en la necesidad de vacunarse, pero nunca hablan de los efectos secundarios que estas vacunas producen; es más, muchos padres están plenamente convencidos de vacunar a sus hijos es algo obligatorio, pese a que no hay ninguna ley que obligue a ello.

Es por esto por lo que como individuos y como sociedad debemos estar bien despiertos, ya que estamos permitiendo que nos manipulen. En Solnaturaleza somos firmes defensores de que cada individuo y cada familia decidan libremente si desean vacunarse o no, sin manipulaciones, coacciones ni intimidaciones. Todos deberíamos ser libres para decidir qué atención médica deseamos recibir.