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¿CÓMO AFECTAN LOS ALIMENTOS Y EL ORDEN EN QUE LOS CONSUMES A TU DIGESTIÓN?

¿CÓMO AFECTAN LOS ALIMENTOS Y EL ORDEN EN QUE LOS CONSUMES A TU DIGESTIÓN?

Hay que tener en cuenta que los distintos tipos de alimentos requieren diferentes tiempos de digestión. Esto es debido a que las condiciones enzimáticas que cada uno requiere para su digestión no son iguales.


Un ejemplo de alimentos que se digieren peor por su composición, son las harinas, los cereales y los panes.

Gran parte de nuestra alimentación contiene almidones. Se trata de macronutrientes que forman parte de lo que conocemos habitualmente como hidratos de carbono. El almidón no solamente es pegajoso e indigesto, sino que también es irritante e insípido, por lo que se debe acompañar con especias para que sepa a algo… de ahí su dificultad para consumirlo solo.

LA AMILASA

¿Las amilasas surgieron en nuestro organismo antes o después de que surgieran los cereales?, y si fue después, ¿se debió a una defensa que el propio organismo creó por su seguridad? Es una pregunta que quizás no tenga respuesta.

Lo que está claro es que, cuando consumimos alimentos que contienen almidón, cuando éste llega al intestino, donde se va a producir la digestión, va a producir una irritación en nuestro organismo, lo que va a provocar que, la amilasa entre en acción generando una “mucosidad” blanquecina y transparente para protegerse.

Es un proceso similar al que ocurre cuando cogemos frío: nuestros pulmones, o nuestros bronquios, van a desarrollar una mucosidad a modo de protección. Ocurre lo mismo si consumimos algo en mal estado, ya que, nuestro estómago generará también mucosidad para defenderse.

Esta mucosidad puede llegar a ser líquida, espesa o incluso deshidratarse por completo. Por eso, cuando se mezclan en el intestino los residuos de gluten y de los almidones con la mucosidad y todo esto se deshidrata, nos vamos a encontrar en nuestro intestino, con diferentes tipos de mezclas asquerosas y a la vez peligrosas.

¿CÓMO MEZCLAR DE MANERA CORRECTA LOS ALIMENTOS? 

Si comemos ciertos alimentos a la vez, tendremos que liberar diferentes enzimas digestivas, haciendo que el ambiente digestivo se neutralice. Este estado neutro retrasa e inhibe el proceso digestivo provocando gases, inflamación y putrefacción. Por ejemplo, las proteínas necesitan ser digeridas de manera diferente a los hidratos de carbono, por lo que, si los mezclamos, ni los unos ni los otros se digerirán adecuadamente.

Todas estas mezclas inadecuadas que hacemos, se van quedando en los micropliegues del intestino, y hacen que se desarrolle una infección intestinal. Cuando esto sucede, la persona que lo padece, no sabe el porqué del problema, pero realmente es fácil identificar los motivos si atendemos a los síntomas que se presentan: alergias, colon irritable, intolerancias… Todo esto ocasiona que los residuos que se pegan alrededor del intestino dañen y debiliten las células que lo forman, llegando a ser destruidas o transformadas en células cancerígenas.

Este es el motivo por el que hoy en día muchas personas están padeciendo cáncer de colon, cuando en realidad el cáncer de colon se puede evitar con una correcta educación alimentaria, mejorando los hábitos alimenticios de las personas y enseñando a combinar adecuadamente los alimentos que van a consumir. También es recomendable hacer ayunos intermitentes, así como limpiezas intestinales periódicamente, para mantener nuestro organismo correctamente depurado y libre de toxinas.

A continuación, indicamos un par de reglas básicas:

  1. No mezclar almidones y proteínas: Los almidones necesitan un medio alcalino para ser bien digeridos, mientras que las proteínas un medio ácido. Si los mezclamos, nuestro sistema digestivo libera jugos ácidos y jugos alcalinos que se neutralizarán entre sí. Esto hará que tengamos que digerir durante más tiempo del necesario, con el gasto energético que esto conlleva. Al pasar los alimentos tanto rato a altas temperaturas es muy probable que se produzcan putrefacciones y que se generen residuos tóxicos. Debido a ello, el cuerpo no absorberá ni aprovechará todos los nutrientes y nos sentiremos con pesadez y gases.

  2. No mezclar diferentes tipos de proteínas: Las proteínas, al contener distintos tipos de aminoácidos son los alimentos más difíciles de digerir. El cuerpo necesita mucho tiempo y energía para su digestión. Por ello, si vamos a tomar proteínas de origen animal es mejor que no las mezclemos.

No pretendemos decir con esto, que haya que suprimir el almidón de la dieta, pero sí queremos que se sepa qué es lo que ocurre cuando se consume.

ORDEN DE ASIMILACIÓN DE LOS ALIMENTOS

A continuación, vamos a realizar un listado en los que explicaremos el grado de absorción y de asimilación de determinados alimentos que ingerimos diariamente.

Empezaremos enumerando los alimentos de mejor absorción y continuaremos con los alimentos que peor se digieren. A su vez, el orden de alimentos que exponemos, debe servir de guía a la hora de comerlos en nuestra dieta, por lo que, en el caso de querer añadir a nuestro menú alguno de los alimentos que peor se digieren, se debe hacer siempre a continuación de los de rápida absorción.

  1. Alimentos de rápida absorción:

    1. Agua: es el nutriente que más rápido se asimila. En cuestión de segundos y nada más beberla, llega a la sangre.

    2. Fruta: refiriéndonos a fruta jugosa, se aconseja tomarla en “monodieta”, es decir, tomar una clase de fruta. Se necesitan, aproximadamente unos veinte minutos para digerirla. El organismo va a absorber tanto el agua como los azúcares, además de las vitaminas y de los minerales.

    3. Frutas cocidas: un ejemplo sería el plátano cocido o asado, ya que cuando se calienta, se destruye la capa de almidón, pudiendo así acceder a los monosacáridos que contiene. En este apartado, se encuentran también las compotas, como por ejemplo de pera o de manzana. También deberíamos esperar 20 minutos para digerirla. En España se suele consumir después de la comida, lo que es un error.

    4. Vegetales para ensalada: aquí podemos incluir apio, lechuga, berros, endivia, tomate, pepino, pimiento, algas, gazpacho, etc.

    5. Vegetales cocidos: calabaza, calabacín, zanahoria, repollo, coliflor, lombarda, berza, coles, Kale, algas, judías verdes… Se pueden hacer al vapor, a la plancha, tomarlos cocidos, horneados o en sopa.

  2. Alimentos que peor se digieren:

    1. Frutos secos: los menos malos de esta lista, y siempre que sean ecológicos.

    2. Harinas: difícil digestibilidad debido a los almidones.

    3. Cereales: ocurre exactamente lo mismo que con las harinas. En este grupo deberíamos incluir las semillas y todo tipo de granos.

    4. Legumbres: son un alimento que produce muchos gases y, por lo tanto, problemas de digestibilidad.

    5. Productos de origen animal

    6. Pan integral: si no se dextrina, es muy indigesto. Ponerlo al horno a una temperatura muy baja, (70º C) durante una hora y media. No se va a tostar, sino que va a sufrir un proceso en él que se va a destruir el almidón y que van a quedar la fibra y los azúcares simples, obteniendo así un pan digestible.

    7. Patata: también deberíamos dextrinarla si queremos que sea más digestible, pudiendo hornearla en rodajas durante un tiempo prolongado.

    8. Arroz integral: al igual que con los anteriores, primero lo cocemos, y después lo metemos al horno, esperando alrededor de una hora.

Dentro de este orden, cada uno irá eligiendo qué es lo que come y lo que no. Se trata de un listado simplificado para indicar cómo se deben distribuir los alimentos según su digestibilidad, contribuyendo a que nuestro cuerpo se desintoxique más de lo que se intoxica.

Tomemos conciencia de qué estamos comiendo y cómo lo estamos haciendo para conseguir una vida más saludable y prevenir las enfermedades.